"Y sucedió que volvió a su casa en Jerusalén, y se echó sobre su lecho, dominado por el Espíritu y por las cosas que había visto."
Luego de haber sido visitado inesperadamente por el Señor, Lehi siguió con su camino hasta adentrarse a Jerusalén y continuar hasta su casa. Probablemente este haya sido recibido por su esposa y también por sus hijos, quienes debieron percatarse de algo extraño en el comportamiento del cabeza de familia. Debieron pensar que estaba agotado debido al trabajo o las cosas que debió haber hecho mientras estaba fuera. Como sea que haya sido, Lehi debió ver con algo de preocupación a su familia (por las atrocidades que le sobrevendrian a Jerusalén) y tras un simple saludo se retiro hacia su habitación y "se echó sobre su lecho".
Parecer ser que Lehi intentaba dormir, intentando aliviar su mente y corazón de todo lo que habái visto, razón por la que estaba en su cama; sin embargo, no podía dejar de pensar en la visión que acababa de tener. Estaba "dominado por el Espíritu y por las cosas que había visto". Simplemente no podía dejar de pensar en ellas.
Si recordamos la Primera Visión de 1830, podemos comparar que el joven José Smith también acabó sin fuerzas después de ser visitado por el Padre y Su Hijo. Ambos se dirigieron a su casa después de su epifanía para intentar recuperarse. Con el paso del tiempo José Smith se acostumbraría a este tipo de experiencias hasta lograr conservarse bien firme aún después de ser visitado por el Salvador, por lo que se podría hipotetizar que se trataba de la Primera Visión de Lehi.