"Y vio también que lo seguían otros doce, cuyo brillo excedía al de las estrellas del firmamento."
A continuación Lehi no solo observa al que parece ser el Hijo, sino "vio también que lo seguían otros doce". No tenemos detalles precisos de estos, pero lo más probable es que hayan sido los Doce Apóstoles que el Salvador escogió durante su ministerio terrenal en la Tierra, obviamente aún en su estado espiritual, ya que faltaban siglos para que estos nacieran. Lo más probable es que el avistamiento de estos Doce haya sido una representación de la preparación que estaban recibiendo para la Obra a la que Dios los encomendaría. Principio que tambien aplica a nosotros. Cada hijo de Dios, sin excepción, tiene un gran Obra por realizar, y para ello nuestro Padre Celestial no nos enviara sin antes habernos entrenado lo necesario para desempeñar nuestras tareas lo mejor posible.
Subsiguientemente Nefi adejtiva algo interesante acerca de estos doce: "cuyo brillo excedía al del las estrellas del firmamento". Al que igual que el Hijo mencionado en el versículo anterior, estos también irradiaban un espectular brillo a lo largo de su silueta, pero con la diferencia de que este no excedía el del sol al mediodía, sino el de las estrellas del firmamento. Algo que no parece referenciar el grado de importancia, sino la jerarqquía de responsabilidades y oficios que cada uno tenía. El hecho de que los demás angeles que tambien estaban en la visión, cantando y alabando, no quiere decir que no sean importantes, porque al final todos somos hijos preciados de Padres Celestiales que quieren vernos volver a casa para vivir con ellos. Y una de las cosas que podemos hacer para cumplir esto es hacer lo mismo que estos Doce: Seguirlo.
